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Así todos los días

Otro más, sí. Nos hemos tirado a la piscina y queremos que seáis cómplices.


Esta vez no hay nombres, solo acciones, pensamientos, un día cualquiera en un lugar sin definir. Todo lo simple del mundo se recoge aquí, en este texto. Un día de esos que te levantas sin ganas de abrir los ojos, sin nada, sin motivación alguna, pero que, como toda persona que siente, tiene que seguir con su vida. De esos días que quieres que no hubieran pasado nunca.


A continuación y como en el otro poema os hablaré sobre algunos poetas que, a mí personalmente me gustan, y que os podrán interesar.


Pincha aquí y escucharás el poema recitado

 

Me miro y te veo en mí,

lo hago todas las mañanas.

Esa sensación me gusta.

Parece que estás a mi lado,

conmigo.

Me tomo un té.

Sí, té, el café nunca me ha hecho mucha gracia.

Cojo la galleta,

que siempre dejo a medias, ya es una tradición,

y me voy.

Me voy sabiendo que será un día duro pero perfecto.

Esto de no tenerte junto a mí

me está constando un poco

pero no hay nada que no supere,

o eso espero.

Estoy intentando olvidarte,

solo intentando.

Saco siempre la mejor sonrisa,

el mejor brillo de ojos

y evito los pijamas y los helados de chocolate.

Intento ser feliz, seguir con mi vida.

Llego a la universidad un poco extasiada,

es tarde y es culpa tuya,

¿sabes?

Nunca me había entretenido tanto de camino a clase como hoy, pero es que hay días que te imagino

tan guapo y tan imposible…

Ya casi ni me acuerdo de cómo era despertar contigo al lado y aunque tenga que olvidarte,

no te guardo rencor.

Me has dado mucho y el tiempo junto a ti ha sido maravilloso,

y eso te lo agradezco.

Me gustaba que me besaras los ojos,

de hecho, yo siempre te obligaba,

pero cada vez que lo hacías sin que yo te lo pidiera,

algo en mí se despertaba más fuerte.

Eso de abrazarte era lo mejor del mundo,

me hubiera pasado

horas,

días,

semanas abrazada a ti,

sin hablar,

escuchando el silencio

y tu respiración.

Por fin salgo de la universidad.

De camino a casa compro la cena.

Hoy toca fideos chinos,

sí de esos que se hacen en 3 minutos porque te recuerdo que siempre cocinabas tú.

Nada más llegar,

voy directa a la ducha.

Quiero relajarme,

olvidarme hasta de mí.

Ese es el mejor momento del día,

muchas veces me imagino que me vas a sorprender ahí

y terminar duchándonos juntos como siempre hacías cuando todavía me querías.

Salgo de la ducha y me voy al salón.

No tengo ganas de “cocinar” esos fideos por lo que cojo unas natillas y empiezo a ver la tele.

¿Sabes?,

desde que te fuiste no he tocado el sofá,

siempre me siento en una silla.

Me encantaba pasar al salón y verte ahí,

tumbado,

y que me ofrecieras un hueco al lado tuyo.

Siempre aceptaba y me acurrucaba en ti,

me hacía sentir protegida,

una niña.

Ese sofá era testigo de todos nuestros abrazos,

de todos nuestros besos y de las miradas,

esas miradas que me derretían y me encendían…

Son las 11 de la noche y mis ojos ya están cansados

así que me lavo los dientes y a dormir.

En la cama te pienso hasta que me duermo.

Lo curioso es que nunca sueño contigo.

Al día siguiente me miro y te veo en mí y

así todos los días desde que te fuiste…

Murci.

 

Como ya nombré en el anterior post, la poesía parece estar de moda. Algunos piensan que no todo el mundo puede escribir y otros que la palabra escritor es muy grande como para definirse con ella. En mi opinión, hay gustos para todo. A ti te puede gustar más o menos un autor o, incluso, nada y a otra persona puede que le encante. Los gustos son muy diversos.




 

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