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Alejandra

Otro texto de cosecha propia pero algo diferente. No es una historia sin más, es un pequeño texto en el que se esconde un sentimiento de nostalgia, impotencia y, sobre todo, amor, mucho amor.



Habla de sentimientos provocados por Alejandra, una chica que rebosa dulzura, sensibilidad y felicidad por los poros. Alejandra era de esas personas que sin conocerla sabías que era especial.


¿Te identificarías tú con ella?


Pincha aquí y escucharás el poema recitado

 

Ella era fría como el invierno.

Me encantaba ver la nieve entre sus pestañas,

le hacía los ojos más bonitos.

Tenía una mirada intensa,

siempre pisaba con decisión.

Sus besos provocaban ganas de más a cualquiera,

y su sonrisa te invitaba a desnudarla.

Aquella chica revivía hasta el fuego de sus cenizas,

hasta el más muerto de los hombres.

Era Alejandra,

tímida, enternecedora,

una de aquellas chicas que valía la pena conocer.

No le gustaba que le llamara Alex,

yo le molestaba a veces con eso.

Era divertido si era con ella.

Primero dejaba de hablarme,

luego me pegaba,

pero al final terminaba riéndose y dándome un beso.

Eso era lo mejor.

Su risa era muy peculiar,

siempre se le escapaba un cerdito que terminaba en una gran carcajada y roja como un tomate.

Cuando paraba de reír siempre bebía agua,

supongo que para calmarse.

Creo que nunca llegó a enfadarse de verdad conmigo.

Era una cabeza loca,

y siempre me decía lo primero que se le pasaba por la cabeza,

pero a los dos minutos me abrazaba apoyando su cabeza en mi pecho,

y yo siempre le acariciaba el pelo, su preciosa melena morena.

Su voz era tan dulce y sensual,

que cuando me decía “ven aquí que vamos a ser fuego tú y yo, vamos a hacer que salten chispas”,

me ponía demasiado.

Así que la cogía de las caderas, la acercaba a mí y…

Vestía como a mí me gustaba,

casual, con vaqueros, sudadera y zapatillas.

Además que ella sabía llevar esos vaqueros,

parecían hechos exclusivamente para ella.

Llevaba siempre pintadas las uñas de negro

y me solía decir que era para no mordérselas.

Yo

simplemente le sonreía

y ella me devolvía el gesto.

Nunca llevaba anillos,

decía que no eran para ella,

que le estorbaban al escribir.

Tenía los pómulos siempre sonrojados

y los labios secos del frío,

nunca usaba cacao.

Un pelo maravilloso

donde me gustaba enredarme y perderme

todas las noches.

Unas pestañas rizadas y enormes

que acompañaban a esos ojos grandes,

marrones como el café, brillantes.

Pero esa vez más que nunca.

Brillaban como si no fuera a volverla a ver.

Y así fue.

El último adiós que jamás creí decirle y,

decirme, por supuesto.

Nunca volví a vivir desde que se fue.

No he vuelto a sentir,

ni felicidad

ni dolor,

no siento nada ni sentiré nunca.

Tengo un vacío que es insoportable,

que no lo lleno con nada.

Me resigno a vivir sin ti, Alex.

Pronto estaremos juntos y

esta pesadilla se habrá acabado.

Espérame mi amor.

Murci.

 

La poesía, actualmente, parece que está de moda. Ha aparecido una oleada de jóvenes artistas que están intentado ganarse un nombre en el mundillo, y, lo más importante, lo están consiguiendo. Seguro que muchos de vosotros, si estáis puesto en este tema, los conoceréis. Artistas como:



Diego Ojeda, que, aparte de escritor, también es cantautor. Ha escrito 4 libros y grabados 2 discos. Hace conciertos por toda España y Latinoamérica. Cuenta con un página oficial en la que informa de todos sus pasos, libros, discos, conciertos y un largo, etc.



Como estos escritores hay muchos más: Elvira Sastre, Mónica Gae, Súe S.Mile, Sara Búho y un largo etc. Si te gusta la poesía, leelos y siente, sea bueno o malo, porque lo mejor del ser humanos es poder sentir. Siente curiosidad, investiga y lánzate a escribir lo que sientes, habla al mundo y él te acabará respondiendo.



 

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